Lucernas gladiatorias
- María Martín
- 4 mar 2017
- 3 Min. de lectura

Las lucernas gladiatorias se caracterizan por tener una decoración basada en escenas de gladiadores y escenas de actos que se llevan a cabo en el anfiteatro.
La primera lucerna que se expone partiendo desde la izquierda es una lucerna de volutas caracterizada porque el rostrum se une al disco mediante roleos laterales formando volutas. En el interior del disco aparece la figura de un gladiador en actitud de alerta y visto de espaldas. En la mano izquierda lleva un escudo, en la derecha un arma y se protege la cabeza con un casco decorado. El hecho de que se encuentre de espaldas quiere mostrar que el combate aún no ha empezado y que el gladiador está preparándose para su comienzo.
La siguiente lucerna es de disco y se caracteriza por presentar un disco bastante amplio unido a la pequeña piquera. En su interior aparece representada una lucha de gladiadores, exactamente el momento del desenlace. Uno de ellos es un gladiador de tipo tracio, indicado esto por el hecho de llevar una sica (puñal curvo) y una parma (escudo pequeño y redondo que se usaba para protegerse el pecho). Lleva un casco coronado con un penacho y la cara descubierta. El hecho de que levante el escudo a la altura de su cabeza nos sugiere que es el triunfador de la lucha, pues parece que quiere rematar a su adversario para la victoria. En cuanto a su enemigo, éste es un gladiador de tipo hoplómaco, considerado por algunos como el tipo de gladiador más peligroso. Ha tirado el escudo que aparece a su derecha y se sitúa de frente. Lleva casco pero no va armado, pues con su puño cerrado y el dedo extendido lo que hace es pedir clemencia.
En cuanto a la lucerna de la derecha, también de disco, en ella se representa la figura humana de la Victoria. Esta figura alada está representada de pie con la cabeza girada hacia la derecha y va vestida con túnica de amplios pliegues para dar sensación de movimiento; en su mano izquierda lleva una palma y en la derecha una corona de laurel, los símbolos por excelencia de la victoria en Roma, y particularmente de la victoria en la arena del anfiteatro. Esta lucerna apareció en el anfiteatro tunecino de El Djem, pero al no presentar signos de uso parece haber pertenecido a la tumba de un gladiador.
Estas tres lucernas expuestas muestran el claro camino que hay desde que se sale a la arena del anfiteatro hasta la victoria en la lucha. La primera lucerna hace referencia al inicio del combate, la segunda lámpara muestra el fatídico desenlace y en la última vemos la figura de la Victoria.
Para terminar, la lucerna superior, también de arcilla, tiene un total de 15 orificios de iluminación y consta de una decoración gladiatoria. En primer lugar esta cantidad de orificios servirían más que para la iluminación, como señal de objeto lujo, ya que este tipo de lucernas que son muy escasas aparecen como regalos u ofrendas funerarias. Debido a la enorme cantidad de orificios que tiene, el asa de esta lucerna es de importantes dimensiones para hacer de contrapeso y que la lucerna no venciese. Este elemento de contrapeso está acabada en forma de creciente lunar y decorada con una esfinge. En su disco presenta una decoración que representa la lucha de gladiadores en pleno acto entre luchadores que visten igual y van armados de la misma manera, por lo que parece que sólo importa la escena en sí misma.
Estas lucernas nos muestran la importancia que tuvieron los eventos que tenían lugar en los anfiteatros, pues fueron los más queridos por los romanos. Mientras los griegos prefirieron por encima de cualquier cosa el teatro, los romanos se veían más atraídos por las escenas sangrientas de la lucha de gladiadores. Aparte, dice mucho acerca de la importancia de este juego el que representasen escenas del mismo en los objetos de iluminación propios de todos los estratos de la sociedad romana.
Los combates de gladiadores se verificaban aun de noche, a la luz de antorchas; y vióse luchar en la arena, no solamente hombres, sino también mujeres.
Suetonio, Vida de los doce Césares, Domiciano, VI, 193.
コメント